Un paseo después de las nevadas de enero dejan paisajes de ensueño en Andorra. Es el caso de Ransol y un balcon con vistas a Grandvalira.
Para ver este balcón natural, hay que dar un paseo hacia el valle de Ransol y tomar la carretera d’Entor, esta serpenteante carretera tiene unas vistas a Grandvalira maravillosas.
Estos, son de esos rincones que no hay que perderse en una visita a este pequeño gran país y que para muchos turistas pasa desapercibido.
Lo mismo ocurre con el Vall d’Incles que tanto en verano como en invierno tiene unos paisajes muy lindos y además, un sitio para descubrir la típicas “Bordas” Andorranas, unas casas rústicas hechas de piedras y que son representativas de la arquitectura del país y de su pasado ganadero y agricultor.
Ransol es especial para mi, aquí fue mi primer lugar donde viví, y donde empecé a querer a Andorra.
Siempre que puedo doy una vuelta por aquí, cualquiera sea el tiempo que haga y la hora, viste como es de noche y nevando? No?
Aquí te dejo un enlace donde tienes un par de imágenes de una noche de febrero con unos amigos que se iban al Polo Norte y querían probar el material fotográfico que llevarían.
También en Ransol, al final de la carretera salen diversas rutas de treking, y ademas de unos parrilleros que en verano solemos ir a pasar el dia, los niños tienen un río para jugar y los grandes, un sitio para hacer un buen asado.
Ransol y un balcón con vistas a Grandvalira
Vista de Grandvalira con la borda del Entor en primer plano.
Todas las fotos están hechas con la Fuji XT1, enamorado me tiene esta camarita!
Fotos: © Jose M. Piasentini