Tbilisi ciudad de contrastes
Si debo describir Tbilisi diría que es ciudad de contrastes.
La primera impresión entrando de noche no fue buena, pero poco a poco nos enamoró.
En pleno centro se encuentra el Public Service Hall, un edificio moderno con el techo que parecen setas. Posee un gran parking que comparte con un parque. Aquí aparcamos la furgoneta y pasamos unos cuantos días. Es un punto estratégico, en medio de la zona moderna y la más tradicional.
Además, el parque tiene un inmenso skatepark dónde Lucca se pasaba horas. Hay como comenté al principio, un gran contraste entre estas dos partes.
La moderna repleta de edificios restaurados, negocios modernos y de las mejores marcas, teatros, bares y restaurantes con un gran ambiente.
Y por no hablar de las decoraciones navideñas que poseen, desde luego impresionantes y que hacen recordar a los mercados navideños del norte de Europa.
Por otra parte, sales de esta zona y la parte mas tradicional es espartana, un poco venida a menos.
Grandes entradas que van como a un patio interior rodeado de casas o apartamentos.
Mercados tradicionales, caóticos que nada tienen que ver con los que te encuentras en la parte moderna.
Los precios, desde luego son muy diferentes entre ambas partes.
Tbilisi es una ciudad de contrastes que finalmente nos atrapó y volvimos hasta tres veces.
La ciudad a ambos lados del río está conectada por diversos puentes, algunos muy modernos, otros normales pero con una excepcional exposición fotográfica y otros normales pero que cumplen su función.
También Tbilisi es una ciudad donde el parque automotor tiene un enorme contraste con coches destartalados y por otro lado, con los impresionantes últimos modelos de las mejores marcas alemanas, americanas y japonesas.
Si, parece que es muy fácil importar coches y te encuentras de todo, incluso muchos modelos japoneses con el volante a la derecha.
Tuvimos la gran suerte de conocer a Pablo y su familia y a Javier. Ambos españoles que nos enseñaron los mejores rincones de esta gran ciudad.
Pero no fueron los únicos, también conocimos a Vanesa, una preciosa modelo cubana afincada en Tbilisi a la cual tuve la suerte de hacerle una improvisada sesión de fotos!
Y por último, en casa de Pablo conocimos a Maciej, un cordial cura que nos alquiló la casa que tiene la iglesia para colonias en Lagodekhi donde pasamos dos semanas, eso es otra historia que les contaré más adelante!
Gracias a todos, porque sin vosotros la impresión que nos llevamos de Tbilisi no hubiera sido tan buena!
Foto: © Jose M. Piasentini
[…] se ubica junto a la frontera con Azerbaiyán, sobre la carretera S5 que une Tbilisi con Bakú en la región de […]